2.

COMPORTAMIENTO DEL AÑO Y ESTIMACIÓN DE LA SINIESTRALIDAD PRODUCIDA

ENERO
El mes de enero ha tenido un comportamiento muy variable, con bajadas intensas de temperatura y borrascas de gran impacto que han atravesado la península de norte a sur. Entre los días 13 y 17 de enero, tuvo lugar de la entrada de una masa de aire frio del norte de Europa que provocó fuertes bajadas de temperaturas en casi toda la península, salvo en puntos aislados del Mediterráneo, siendo el día más frío el 15 de enero. Se registraron heladas generalizadas de intensidad variable. Posteriormente, se produjo el paso de un tren de borrascas con fuertes vientos, intensas precipitaciones y, de manera más aislada, pedriscos. Las borrascas con mayor incidencia han sido Herminia e Ivo.

Los daños importantes se circunscriben al litoral mediterráneo (Comunidad Valenciana y Región de Murcia), a zonas del interior de Andalucía (Sevilla, Córdoba) y Almería y, de manera puntual y más dispersa, a Cataluña y Navarra, en aquellos cultivos con producciones próximas a recolección, como en cítricos (naranja, mandarina y limón) y hortalizas (alcachofa, patata, lechuga, tomate y zanahoria).
FEBRERO
Este mes se ha caracterizado por una gran estabilidad meteorológica, siendo cálido y seco, salvo en los primeros días, con la entrada de una masa de aire frio proveniente del este europeo. No obstante, la llegada de este frente no ha afectado de forma relevante a los cultivos expuestos, al llegar muy debilitado a la península, pudiendo citarse únicamente algunos daños producidos por ligeras heladas, viento y pedrisco en casos muy puntuales.

A lo largo del mes, se han declarado siniestros por viento, helada y pedrisco en cultivos de cítricos en ámbitos afectados por las heladas del mes anterior, y en menor medida en hortalizas, principalmente alcachofa, patata y lechuga, en el sureste peninsular e interior de Andalucía. Además, en la provincia de Huelva, se vieron afectadas, de forma muy localizada, producción e instalaciones de frutos rojos a resultas de una violenta manga de viento ocurrida en esta zona productora.

Por último, al igual que el mes anterior, se ha seguido declarando superficie afectada en cultivos herbáceos por daños de no nascencia y de fauna en las principales zonas cerealistas (ambas Castillas), alcanzando en este periodo 14.000 hectáreas, que suponen el 85% de la superficie declarada del total de cultivos en este mes.
MARZO
Desde principio de mes, una sucesión de borrascas de alto impacto acompañadas de abundante lluvia ha atravesado todo el territorio, peninsular e insular, cambiando radicalmente la situación de sequía de los últimos años. La inauguró Jana en la primera semana de marzo, seguida de Konrad, Laurence y Martinho, dejando récords históricos de precipitaciones. En concreto, según los registros de AEMET, entre el 1 y el 24 de marzo se han acumulado, de media, 148 l/m², 3,5 veces más que el valor normal de ese período, de forma más abundante en el centro y suroeste peninsular, donde la lluvia persistente ha ocasionado daños en los cultivos por encharcamiento e inundaciones, bien por su abundancia, bien a consecuencia de los desbordamientos en los márgenes de los ríos. A ello se ha unido el fuerte viento, en ocasiones en forma de tornado, y pedriscos localizados. Esta situación climatológica continuada ha afectado a una gran variedad de cultivos de hortalizas (patata, lechuga, guisante, cebolla, acelga, espinaca, brócoli y ajo), cítricos (naranja y mandarina), frutos rojos y plátano.

En relación con los cultivos de frutales de hueso y almendro, se han producido daños puntuales de pedrisco y falta de cuajado en las zonas frutícolas más tempranas. Además, un breve y moderado episodio de helada a mediados de mes afecto a variedades adelantadas y más expuestas en las zonas de interior de Aragón, con repercusión leve.

Por otro lado, al igual que en el mes anterior, han continuado las declaraciones de daños por fauna en cultivos herbáceos (cereales de invierno y leguminosas), principalmente en el centro peninsular, donde también se han producido daños por asfixia radicular por lluvia persistente e inundación.
ABRIL
La entrada de dos borrascas de alto impacto, Nuria y Olivier, provocaron chubascos generalizados con tormentas dispersas continuas, de intensidad media en diferentes ámbitos; a continuación, en la segunda quincena del mes, la entrada por el noroeste de un tren de borrascas asociadas a un frente frío se apoderó del centro y norte peninsular provocando una importante inestabilidad meteorológica con elevada actividad tormentosa acompañada de abundante lluvia, viento, bajadas bruscas de temperatura y granizo, ocasionando daños a las producciones expuestas.

En concreto, los días 15 y 19 de abril se originaron núcleos tormentosos que descargaron muy intensamente en forma de pedrisco, que llegó a alcanzar entre 1 y 2 cm, en el nordeste y oeste peninsular, con mayor incidencia y extensión en el interior de Cataluña (Lérida), Aragón (Huesca) y Extremadura. Los daños más importantes e intensos por el efecto del pedrisco han sido en cereales de invierno y frutales de hueso y pepita, que se encontraban mayoritariamente en fruto. Además, la importante inestabilidad meteorológica también ocasionó un mal cuajado en cultivos de ciruela, albaricoque y determinadas variedades de melocotón, tanto en las vegas del Guadiana como en la Región de Murcia.

Se produjeron bajadas de temperatura que no alcanzaron los valores críticos de helada de forma generalizada, salvo en zonas y explotaciones muy puntuales, con leves afecciones en cítricos en la provincia de Córdoba y en uva de vino y almendro en el norte peninsular y oeste de Castilla-La Mancha. Por último, también se registraron daños por lluvia y pedrisco en hortalizas (ajo, patata, brócoli, zanahoria, tomate y cebolla) en las principales zonas productoras.
MAYO
El mes de mayo estuvo marcado por una notable inestabilidad climática, caracterizada por dos fenómenos extremos. En la primera quincena de mes, se registraron tormentas diarias de granizo inusualmente severas (destacan los días 2, 8, 10, 14 y 19), que afectaron con especial intensidad a las producciones expuestas de forma temprana en amplias zonas de la península ibérica, más concretamente en las dos Castillas, el valle del Ebro, Levante y Sureste peninsular. Por otro lado, a finales de mayo, una masa de aire cálido procedente del norte de África provocó temperaturas excepcionalmente altas, con máximas que alcanzaron los 40 ºC en regiones del sur y centro peninsular, con escasa repercusión negativa en los cultivos agrícolas.

Esta inestabilidad meteorológica del mes se ha traducido en una superficie declarada que supera las 204.000 hectáreas, en su mayor parte por daños de pedrisco, y con menor incidencia y extensión por lluvia, fauna y resto de adversidades climáticas. En cuanto a los cultivos afectados, hay que destacar el grupo de herbáceos extensivos (cereal de invierno y leguminosas), uva de vino, frutales, cítricos, y hortalizas (principalmente ajo, cebolla, guisante, brócoli, patata, y tomate).
JUNIO
Al igual que el mes anterior, junio se ha caracterizado por una notable inestabilidad climática, con récords históricos de temperatura y episodios reiterados de fuertes tormentas, muchas de ellas acompañadas de granizo, en ocasiones de gran tamaño (2-4 cm). Este mes ha sido el de mayor siniestralidad por pedrisco de la serie histórica disponible. Los eventos se produjeron de forma recurrente a lo largo del mes, destacando especialmente las tormentas más intensas registradas en los primeros días y a mediados de junio. En este último periodo, las tormentas coincidieron con la intrusión de una DANA, que afectó a cultivos en pleno desarrollo o próximos a la recolección en las comunidades autónomas de Aragón, Navarra, La Rioja, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Madrid. Además, aunque en menor medida, se han registrado siniestros por incendio, lluvia y otras adversidades climáticas, como consecuencia de las altas temperaturas y la climatología adversa. La superficie siniestrada supera las 525.000 hectáreas, siendo el pedrisco la principal causa de los daños. En su mayoría, corresponden a cultivos herbáceos (cereal de invierno y leguminosas), uva de vinificación, hortalizas (cebolla, ajo, melón, lechuga, sandia pimiento, patata, tomate, guisante y brócoli) y frutales.