El Sistema español de Seguros Agrarios Combinados

Agroseguro es la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados, S.A. Se encarga de la gestión de los seguros agrarios por cuenta y en nombre de las entidades aseguradoras que forman parte del pool de coaseguro. No es, por tanto, una entidad aseguradora, sino una entidad de gestión.

De acuerdo con ese objeto, sus principales actividades se concentran en la emisión de los recibos a los tomadores del seguro y la gestión de su cobro, la recepción de las declaraciones de siniestro de los asegurados y la realización de los trámites de peritación, valoración y pago de siniestros por cuenta de las coaseguradoras.

 
 

Se basa en contratos privados en los que una de las partes, el asegurador, se compromete a cubrir determinados riesgos respecto de los que la otra parte, el asegurado, desea protegerse, mediante el pago de una prima establecida por el asegurador. El productor recibe una subvención (estatal y autonómica) para el pago de dicho precio. Para mayor eficiencia del sistema y agilidad en los procesos, Agroseguro gestiona dicha subvención en nombre del productor, de forma que este pagará solamente la parte de prima que le corresponde una vez descontada la subvención, y Agroseguro solicitará el importe de la subvención que completa el coste total del seguro al Estado (Entidad Estatal de Seguros Agrarios) y a las comunidades autónomas.

Las instituciones que conforman el sistema español de seguros agrarios son:

  • En la parte pública:
    • El Estado, a través de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) y de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) y el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), ambos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
    • Los gobiernos de las comunidades autónomas que complementan las subvenciones a la contratación de seguros agrarios.
  • En la parte privada:
    • Las organizaciones profesionales agrarias y cooperativas, representantes de los agricultores y ganaderos.
    • Las entidades aseguradoras, agrupadas en Agroseguro.

Actualmente, se cubren producciones agrícolas, ganaderas, forestales y acuícolas contra la mayor parte de los riesgos climáticos o accidentes y enfermedades del ganado que les puedan afectar. Las producciones y coberturas se establecen, de manera anual, en el Plan de Seguros Agrarios elaborado por ENESA y aprobado por el Consejo de Ministros.

El sistema español de Seguros Agrarios Combinados está considerado como una referencia en materia de seguros agrarios a nivel internacional por su modelo público-privado, la amplitud de sus coberturas y el desarrollo conseguido.

 

Origen y antecedentes

Los fenómenos climáticos están detrás del inicio y desarrollo progresivo del sistema de seguros agrarios. Desde los primeros años del siglo XX hasta los años 50, fueron muchos los intentos para organizar algún sistema que permitiera proteger a las explotaciones agropecuarias: compañías que cubrían los daños por incendio, grupos de montepíos y mutualidades que aseguraban el ganado o empresas de capital extranjero que protegían frente al pedrisco. Muchos de estos proyectos iniciaban su andadura con la intención de ofrecer coberturas frente a todos los posibles riesgos del campo, pero siempre terminaban centrándose en los más habituales: pedrisco, incendio y mortalidad del ganado.

En 1919 nació la Mutualidad Nacional del Seguro Agropecuario, con el ambicioso objetivo de cubrir todos los riesgos del campo, pero terminó centrándose exclusivamente en el pedrisco. Los siniestros a los que tuvo que hacer frente esta Mutualidad fueron tan superiores a las primas percibidas que el Estado acudió en su auxilio dos años más tarde. En 1929, la Mutualidad se transformó en la Comisaría de Seguros del Campo que, a su vez, fue transformada, en 1930, en el Servicio de Seguros Agrarios dedicado, en realidad, a ejercer como Caja de Reaseguros y Compensación. En 1934, el Servicio de Seguros Agrarios se convirtió en el Servicio Nacional de Seguros del Campo. Esta entidad subsistió hasta 1953, ofreciendo contratos de reaseguro a las compañías aseguradoras privadas para seguros contra el pedrisco, el incendio y la mortalidad del ganado, aunque arrastró un déficit permanente, dada la imposibilidad de equilibrar los ingresos de las primas con las indemnizaciones correspondientes por los siniestros asegurados, una situación que agotó sus reservas y le obligó a acceder a créditos especiales.

Este escenario impulsó la promulgación de dos leyes: la Ley de Seguros del Campo de 1953, que encomendaba el seguro agrario a la empresa privada, y un año después, la Ley que creaba el Consorcio de Compensación de Seguros. A partir de entonces, creció la necesidad de contar con un seguro agrario integral que fuera capaz de dar cobertura a múltiples riesgos.

A raíz de las campañas agrarias de los años 1973 y 1974, se creó el Pool de Cereales (pool de entidades coaseguradoras del Seguro Nacional de Cereales), en el que se reunieron varios aseguradores para administrar el seguro combinado y que ofrecía cobertura frente a incendio y pedrisco para las producciones de cereal.

Los años 1977, 1978 y 1979 fueron claves para la creación del sistema de Seguros Agrarios Combinados, tal y como hoy lo conocemos. El 27 de octubre de 1977 se aprueban los Pactos de La Moncloa, que recogían el acuerdo de presentar ante el Congreso de los Diputados una Ley de Seguros Agrarios que sustituyese a la de 1953. Finalmente, se aprobó la Ley 87/1978, de 28 de diciembre, de los Seguros Agrarios Combinados. Un año después, el 14 de septiembre de 1979, se publicó el Real Decreto 2329/1979, que aprobó su Reglamento de desarrollo. Este nuevo marco jurídico dio lugar a la creación de instituciones que han aportado al sistema español de seguros agrarios un valor único y una importante estabilidad.